LA ODISEA II.- Homero


En este punto (V 5) se repite la deliberación de los dioses que mencionamos al comienzo y el relato prosigue con la suerte de su héroe principal: en la isla remota de la ninfa Calipso, mansión embrujada con sus árboles sombríos y sus pájaros extraños, Ulises llora a la orilla del mar la nostalgia de su patria y su esposa. Llega Hermes y da a la ninfa la orden de dejar en libertad al prisionero; ella, aunque dolida, se resigna y procura al cautivo los medios de construir la balsa en que ha de partir; con todo pormenores nos describe la construcción; ufano se hace Ulises al mar y gobierna diestramente su embarcación durante dieciocho días. Ya está a la vista de la tierra reacia, que será su refugio; pero en ese punto lo ve Posidón, que regresa del país de los etíopes, y desata contra él una terrible tempestad. Despedido de la balsa, la alcanza de nuevo y en ella sigue hasta que queda deshecha. Calmado al fin el temporal, consigue el héroe llegar a nado hasta el cauce de un río por el que alcanza la tierra. La descripción de la lucha del héroe con la tempestad es verdaderamente admirable: sentimos la viva presencia del mar con el ímpetu de sus olas, el vaho de sus espumas y el estrellarse del embate en la asperaza de los acantilados; punto por punto seguimos en él el esfuerzo desesperado del náufrago hasta que cae, agotado vencedor, sobre la tierra ribereña.

Esta entrada fue publicada en Libros. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario